El texto más antiguo que se conoce que hace referencia a Ishtar es el poema épico sumerio "Inanna y el descenso al mundo inferior", escrito alrededor del 1900 a.C. Este poema cuenta la historia de la diosa Inanna, la equivalente sumeria de Ishtar, y su descenso al mundo inferior para visitar a su hermana, la diosa de la muerte y la oscuridad, Ereshkigal.
En el poema, Inanna debe pasar por una serie de pruebas y tribulaciones para llegar al mundo inferior, incluyendo la eliminación de sus prendas y joyas sagradas, lo que simboliza su descenso a un estado de vulnerabilidad y muerte. Una vez en el mundo inferior, es capturada y juzgada por su hermana, quien la condena a muerte y la cuelga en un gancho.
Sin embargo, gracias a la intervención de su sirviente, Ninshubur, y la manipulación de los dioses, Inanna es finalmente liberada y regresa al mundo de los vivos. La historia se considera un mito de la renovación y la resurrección, simbolizando el ciclo de la muerte y el renacimiento que se observa en la naturaleza.
Este poema y otras historias y mitos que involucran a Ishtar o Inanna son importantes para la comprensión de la mitología y religión de la antigua Mesopotamia. Además, el culto y la adoración de estas diosas se extendió a través de varias culturas mesopotámicas y se adaptó a lo largo del tiempo para reflejar las creencias y prácticas locales.
Las referencias históricas a las maldiciones de Ishtar se pueden encontrar en diversas fuentes antiguas, como textos cuneiformes y mitológicos de Mesopotamia.
Por ejemplo, en el poema épico babilónico "Gilgamesh", se cuenta cómo el héroe Gilgamesh rechaza los avances de Ishtar, lo que lleva a la diosa a lanzar una maldición sobre él y su compañero Enkidu. La maldición resulta en la muerte de Enkidu y provoca una serie de desgracias para Gilgamesh.
En otro texto cuneiforme, conocido como la "Maldición de Agade", se cuenta cómo Ishtar maldice a la ciudad de Agade después de que su templo es destruido por el rey Naram-Sin. La maldición supuestamente resulta en una serie de desgracias y calamidades para la ciudad y su pueblo.
Además, hay relatos de que las personas en la antigua Mesopotamia a menudo realizaban ofrendas y sacrificios a Ishtar para evitar sus maldiciones y obtener su favor y protección.
En general, estas referencias históricas sugieren que las maldiciones de Ishtar eran tomadas muy en serio en la antigua Mesopotamia y se consideraban una forma poderosa de castigo y venganza divina.
El texto más antiguo que se conoce que hace referencia a Ishtar es el poema épico sumerio "Inanna y el descenso al mundo inferior", escrito alrededor del 1900 a.C. Este poema cuenta la historia de la diosa Inanna, la equivalente sumeria de Ishtar, y su descenso al mundo inferior para visitar a su hermana, la diosa de la muerte y la oscuridad, Ereshkigal.
En el poema, Inanna debe pasar por una serie de pruebas y tribulaciones para llegar al mundo inferior, incluyendo la eliminación de sus prendas y joyas sagradas, lo que simboliza su descenso a un estado de vulnerabilidad y muerte. Una vez en el mundo inferior, es capturada y juzgada por su hermana, quien la condena a muerte y la cuelga en un gancho.
Sin embargo, gracias a la intervención de su sirviente, Ninshubur, y la manipulación de los dioses, Inanna es finalmente liberada y regresa al mundo de los vivos. La historia se considera un mito de la renovación y la resurrección, simbolizando el ciclo de la muerte y el renacimiento que se observa en la naturaleza.
Existen varios himnos antiguos dedicados a Ishtar, pero uno de los más conocidos es el "Himno a Ishtar" que se encuentra en la tablilla VA 111. Este himno fue escrito en lengua acadia, una lengua semítica hablada en la antigua Mesopotamia.
A continuación se presenta una traducción del himno a Ishtar:
"Oh Ishtar, dama del cielo, Reina del cielo, tu trono está establecido, Espléndida es tu mirada sobre la tierra, Tu presencia es una bendición para los mortales.
Desde el cielo tú miras la tierra, Observas a los reyes y las reinas, A los príncipes y a los gobernantes, A los ricos y a los pobres por igual.
Tu poder se extiende sobre los cuatro vientos, Tu belleza es como la luz del sol, Tu justicia es inquebrantable, Y tu ira es temida por todos los mortales.
Tú eres la diosa de la guerra y la fertilidad, La protectora de los débiles y los oprimidos, La guardiana de la vida y la muerte, La que renueva y transforma todas las cosas.
Oh Ishtar, dama del cielo, Reina del cielo, escucha nuestras súplicas, Que tus bendiciones caigan sobre nosotros, Y que tu gracia y tu misericordia nos guíen siempre."