Viajaremos a las primeras semanas del mes de Mayo del año 1348 de mano de alguien muy especial que nos relatará de primera mano y a pie de calle qué es lo que ocurrió cuando una muerte azotó sin piedad las calles de Barcelona y del resto de Europa, aunque eso es algo que como es lógico nuestro relator no sabía en aquel entonces.

“Haré descargar sobre vosotros la espada por haber roto mi alianza. Y si os refugiareis en las ciudades. Os enviaré peste y seréis entregados a los enemigo” Lev 26,25

 

La Peste

La enfermedad que conocemos con el nombre de peste (peste negra, muerte negra, peste bubónica, gran plaga, plaga negra) es una enfermedad infecciosa producida por la bacteria Yersinia pestis. 

La peste es principalmente una infección propia de animales: ratas, ardillas de tierra, perros de la pradera, ratones de campo, gatos, conejos, camellos…hasta más de doscientas especies. Estos animales reservorio transmiten la infección mediante las picaduras de sus pulgas que contienen los bacilos en su intestino y así los transmiten a cada animal que pican o, menos frecuentemente, por ingestión de tejidos animales contaminados.

 

 

En el hombre la peste tiene tres formas clínicas ocasionadas por el mismo bacilo:

• Peste bubónica: es la más característica. Se trata de una enfermedad febril de rápida evolución con inflamación dolorosa de los ganglios linfáticos (bubones), más frecuentes en la zona inguinal, ya que las pulgas suelen picar en miembros inferiores en los adultos. 
• Peste septicémica: se llama así a la proliferación del bacilo en la sangre, sin el desarrollo de bubones. Altísima mortalidad y rápidamente evolutivo, posible aparición de gangrena en dedos, orejas, nariz de gangrena, lo que para algunos puede haber sido el origen del término “muerte negra” para designar la pandemia medieval.
• Peste neumónica: la neumonía es secundaria a las otras formas de la enfermedad, llegando los bacilos al pulmón por vía sanguínea. De progresión rápida y mortal, es una fuente importante para el contagio interhumano y causa de desarrollo de brotes epidémicos si no se toman precauciones de aislamiento.

Hay que decir que no todos los científicos que la han estudiado coinciden en el diagnóstico de la Yersisina Pestis como la causante de la Peste Negra.

Crónicas de La Peste 

Analizando las crónicas de los médicos medievales y comparándolas con las descripciones de la tercera pandemia que se inició en Hong Kong en el siglo XIX, profundizar en el estudio sobre todo el comportamiento de transmisión, las condiciones climáticas y la distancia que recorría en la infección X kms, entre otros factores llegan a la conclusión de que debió ser un virus tipo Ébola causante de fiebres hemorrágicas.

Sea como fuere las consecuencias que esta Peste desgranó por el Viejo Mundo fueron no sólo devastadoras en un amplio abanico de factores políticos, sociales y culturales. También tuvieron su no, pequeña contribución a un nuevo tipo de “epidemia” que aparecería siglos después.

 

La peste negra en una miniatura del siglo XV (Foto: Wikicommons)

 

Posteriormente, y bajo las raíces del Roble Embrujado (The Haunted Oak), hablaremos sobre El pacto con el Demonio y sus consecuencias a corto y largo plazo sobre la sociedad a finales de la Edad Media. Entenderemos cómo conceptos o hechos tan dispares como Peste Negra y Pacto con el Demonio acabaron relacionados. 

Navegaremos por la superficie de los hechos a nivel político e histórico que llevaron a desencadenar la locura de la cacería de brujas y profundizaremos de lleno en los aspectos del “pueblo llano” o pagano y cómo sus creencias se fueron viendo transformadas en cultos de adoración al demonio.

La Peste en el puerto de Mesina

Os dejamos con un texto atribuido al monje franciscano Michelle de la Piazza, donde nos cuenta cómo 12 galeras genovesas contaminadas atracan en el puerto de Mesina:

“He aquí que en octubre del año de la Encarnación del Señor de 1347, a comienzos del mes de octubre, primera indicción, genoveses, sobre doce galeras, huyendo de la cólera divina que se había abatido sobre ellos por razón de su iniquidad, arribaron al puerto de la ciudad de Mesina.

Los genoveses transportaban con ellos, impregnada en sus huesos, una enfermedad tal que todos los que habían hablado a uno de ellos eran alcanzados por esta enfermedad mortal; esta muerte, muerte inmediata, era absolutamente imposible de evitar.

He aquí cuáles eran los síntomas de la muerte para los genoveses y las gentes de Mesina que los frecuentaban. A causa de una corrupción de su aliento, todos los que se hablaban mezclados unos con otros se infectaban uno a otro. El cuerpo parecía entonces sacudido casi por entero y como dislocado por el dolor.

 

La peste negra llegó aproximadamente en 1348 al continente europeo
y mató a un tercio de la población. (Foto: Wikicommons)

 

De este dolor, de esta sacudida, de esta corrupción del aliento nacía en la pierna o en el brazo una pústula de la forma de una lenteja. Ésta impregnaba y penetraba tan profundamente en el cuerpo que se veía acometido por violentos esputos de sangre.

Las expectoraciones duraban tres días continuos y se moría a pesar de cualquier cuidado. La muerte no tocaba sólo a los que les hablaban, sino igualmente a todos aquellos que compraban sus cosas, las tocaban o se acercaban a ellas [...]

Las gentes de Mesina se dispersaron por toda la isla de Sicilia y cuando llegaron a la ciudad de Siracusa, el mal golpeó tan fuertemente a los siracusanos que mató a muchos o mejor a un inmenso número. […]

¿Qué diremos de la ciudad de Catania ahora desaparecida de las memorias?

La peste que se extendió por esta ciudad que no solo eran las pústulas, a las que se llama ántrax, sino que también glandes que se formaban en las diferentes partes del cuerpo, tanto en el pecho como en las piernas, en los brazos o bien en la región de la garganta.

Estos tumores eran al principio como almendras y su formación iba acompañada de una gran sensación de frío, fatigaban, agotaban tanto el organismo que faltaban fuerzas para permanecer más tiempo de pie y había que meterse en el lecho, febril, abatido y lleno de angustia.

Luego los tumores aumentaban como una nuez y después como un huevo de gallina o de oca. Eran muy dolorosos. La corrupción de humores que arrastraban del organismo hacía escupir sangre. Estos esputos, subiendo del pulmón infectado hasta la garganta corrompían el organismo. Una vez corrompido el organismo y desecados los humores se moría.

Esta enfermedad duraba tres días. Hacia el cuarto día los enfermos quedaban liberados de los negocios humanos…”

 

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